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sábado, mayo 17, 2025

De artesanas al campo

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Una consecuencia de la pandemia de COVID-19 de hace unos años, fue que algunas personas por necesidad tuvieron que cambiar de actividades, en donde familias tuvieron que abandonar las artesanías, para migrar al campo a sembrar cilantro  y así poder sobrevivir.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura familiar, realizada por pequeños productores en áreas de menos de 5 hectáreas, es responsable del 80% de los alimentos consumidos en el mundo. Las mujeres son responsables del 60% al 80% de la producción agrícola, cultivando pequeñas parcelas, sembrando y criando animales; pero generalmente no trabajan en las mismas condiciones que los hombres: tienen menos acceso a educación, a técnicas agrícolas, equipos y crédito. 

María Concepción Rivera Jassos, María del Carmen Rivera Jassos, y María de la Luz Rivera Jassos, son hermanas que viven en la delegación de la Pila en el municipio de San Luis Potosí, las cuales a consecuencia de la pandemia de Covid-19 tuvieron que dejar su oficio de ser artesanas y migraron al campo para cultivar cilantro, moviendo obstáculos para conseguir apoyos y así producir.

“Mi nombre es María de la Luz Rivera Jassos, un día común en nuestras actividades aquí en el campo agrícola, es levantarnos, recoger un poco la casa, el desayuno, dejar un poco recogido, como somos mujeres trabajamos un poco en la casa. Después nos  venimos aquí lo que es el campo, cuando nos toca sembrar venimos preparamos la tierra en el tractor. Sembramos manual o con una maquinita, se va manejando así empujando, se pone la cintilla y todo lo demás, pero nuestra actividad más que nada es desde las 10 de la mañana que nos venimos al campo, ya sea a regar o a quitar maleza, y es lo que vamos haciendo dependiendo de la actividad en la parcela”, indicó.

Explicaron que cultivan cilantro en una hectárea que es de su familia, en donde tienen de cinco a seis ciclos agrícolas por año, de cuarenta días cada uno, con una producción de 10 a 12 toneladas, en donde el producto final debe de tener especificaciones de estándares, ya que es comercializado a una empresa nacional,  en donde generalmente su precio por kilo oscila entre $17.50 y $25.00 pesos. Factores como el clima pueden mermar el producto ya que el cilantro es más sensible al calor que al frío, es por ello que su próximo proyecto para presentárselo a las autoridades, es de una malla sombra tipo invernadero para que el producto no sufra afectaciones.

Anteriormente con nulo apoyo de administraciones municipales pasadas no se podía cultivar, y en la actualidad han estado trabajando y gestionando recursos, como lo es un tractor, para lo cual tuvieron que capacitarse  y actualmente se encuentran usando esta herramienta, ya que ellas fueron las pioneras en realizar papeleo y solicitar los instrumentos necesarios a las autoridades de la delegación de la Pila.

“Nosotros vamos viendo lo que es el cultivo, en temporada de calor hemos tenido mucha pérdida por que el cilantro es más resistente al frío, en tiempo de calor se llega quemar la parte de arriba por las altas temperaturas. Entonces nuestro proyecto es poner un techado de maya sombra, que es para darle un poco el calor director a la planta, y matizar más lo que es el riego, ya que el que se tiene no está bien diseñado, conforme a la marcha se ve las necesidades del cultivo”, resaltó María Concepción.

La paridad de género también ha llegado al campo y ahora las mujeres empiezan a trabajarlo como productoras, al mando de sus propias parcelas, generando empleos para su región, y siendo proveedoras de empresas nacionales e internacionales.

“Nosotras nos queda invitarlas a todas las mujeres, de todos lados, rurales, de la ciudad, podemos nosotras salir adelante, expresó María de la Luz. Anímense todas las mujeres   que tiene ganas de salir adelante, ya sea en lo que ustedes quieran, y el campo es uno de ellos por que de ahí tenemos de comer, todos, no se desanimen, adelante!, remarcó María del Carmen. Yo quiero invitar a los jóvenes, ya que hoy en la la juventud no cree en el campo, creen que el campo no es un negocio, lo ven como algo incierto, cosa de que todo sale del campo, para venir comer y hacer coas, que se animen a venir al campo y dándose un abulta al campo se van a enamorar de él”, concluyó María Concepción.

El mensaje que nos deja las hermanas Rivera Jassos es muy  claro, es el de apoyo para las campesinas, sororidad, y superación personal, e invitaron a las mujeres y a los jóvenes que se animen a trabajar el campo y así abrir puertas en los diferentes sectores de la población.

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