El legado reformista que el Papa Francisco le dejó a la Iglesia

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El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años. Su pontificado se caracterizó por colocar la dignidad de los excluidos en el centro de su mensaje y por impulsar una reforma profunda de la Iglesia católica, sin modificar sus dogmas más tradicionales.

Elegido el 13 de marzo de 2013, Francisco fue el primer papa latinoamericano, el primer jesuita en llegar al pontificado y el primer pontífice no europeo en más de mil años.

Un líder popular y crítico del neoliberalismo

Exarzobispo de Buenos Aires y conocido por su estilo directo, el papa Francisco se ganó el cariño de los fieles en todo el mundo, pero también enfrentó una fuerte oposición interna. Fue un crítico constante del neoliberalismo y de sus efectos en la justicia social y la equidad.

Más desenvuelto que su predecesor Benedicto XVI, Francisco destacó por su espontaneidad y su energía. Su estilo de liderazgo fue visto por algunos como excesivamente personal.

“Soy una persona impaciente (…) A veces tomo decisiones deprisa, con algo de autosuficiencia”, admitió en un libro publicado en 2022 basado en diálogos con personas en situación de precariedad.

Francisco fue el primer pontífice en adoptar el nombre del santo de los pobres, San Francisco de Asís, cuyas enseñanzas marcaron su visión de la Iglesia.

Una Iglesia cercana a los pobres

Desde el inicio de su pontificado, Francisco dejó clara su prioridad: una Iglesia católica más próxima a los marginados. “Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres”, dijo tres días después de su elección.

Marcado por la crisis económica en Argentina de 2001, centró su discurso en la justicia social, la ecología y la defensa de los migrantes. Según el académico Roberto Regoli, involucró al Vaticano en temas clave de las democracias actuales como el medioambiente, la educación y los derechos humanos.

El papa cercano e impredecible

El papa Francisco fue apodado “el papa impredecible” por gestos inusuales como pagar personalmente sus cuentas de hotel, cargar su propio maletín o llamar por teléfono a personas en situación de vulnerabilidad.

Se negó a vivir en el apartamento papal del palacio apostólico y nunca usó las residencias de verano en Castel Gandolfo. Durante su primer Viernes Santo, lavó y besó los pies de presos, un gesto simbólico que marcó el tono de su pontificado.

En 2014, criticó duramente a la Curia romana en su discurso navideño, al enumerar 15 “enfermedades” del clero como el “alzhéimer espiritual” y la “fosilización mental”.

Posición frente a la homosexualidad y el aborto

Francisco abrió el debate dentro de la Iglesia sobre temas sensibles. Fue acusado de “herejía” por algunos sectores conservadores por permitir la comunión a divorciados vueltos a casar y por sus declaraciones sobre personas homosexuales.

“Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, dijo tras su elección.

Aunque en 2023 el Vaticano autorizó la bendición de parejas del mismo sexo (fuera de los ritos litúrgicos), Francisco mantuvo la negativa a permitir su matrimonio religioso. La Iglesia bajo su mando siguió calificando las relaciones homosexuales como “pecado”.

También se expresó de forma contundente contra el aborto, al que comparó con “contratar a un asesino a sueldo”, y defendió la familia compuesta por “un padre y una madre”.

Aunque nombró a varias mujeres en cargos clave dentro del Vaticano, sus acciones no satisfacieron a quienes exigían una mayor apertura.

La vida de Jorge Mario Bergoglio antes del Vaticano

Nacido el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio creció en una familia trabajadora de origen italiano. Estudió para técnico químico antes de descubrir su vocación religiosa a los 17 años.

Ingresó a la Compañía de Jesús a los 22 años y obtuvo una licenciatura en Filosofía. Fue ordenado sacerdote en 1969 y, en 1973, se convirtió en el superior de los jesuitas argentinos.

En 1992, fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires por Juan Pablo II. A pesar de ser poco conocido fuera de Argentina, fue elegido papa en 2013.

Su papel durante la dictadura militar argentina (1976–1983) fue cuestionado, aunque el Vaticano y familiares de desaparecidos defendieron su actuación.

Salud frágil y liderazgo hasta el final

La salud del papa Francisco fue un desafío recurrente en los últimos años. En febrero de 2025 fue hospitalizado por bronquitis y se le diagnosticó neumonía. Había sido operado del colon en 2021 y de una hernia en 2023. Sus dolencias en rodilla y cadera lo obligaron a usar silla de ruedas con frecuencia.

Debido a estos problemas, no pudo asistir a la conferencia climática COP28 en Dubái en 2023, aunque el cuidado del medioambiente fue uno de los pilares de su papado.

Compromiso con el medioambiente y la paz

Francisco fue el primer papa en publicar una encíclica sobre ecología: Laudato Si (2015), donde abordó el cambio climático con base en evidencias científicas. En 2020, defendió la Amazonía con una exhortación apostólica tras consultar a líderes indígenas. En 2023, publicó Laudate Deum, en la que advirtió que el mundo “puede estar cerca del colapso” si no se abandonan los combustibles fósiles.

En política internacional, condenó las guerras, la industria armamentista y la indiferencia global ante los conflictos. Impulsó la diplomacia vaticana, participando en acuerdos históricos como el restablecimiento de relaciones entre EE. UU. y Cuba, el proceso de paz en Colombia y un acuerdo con China para el nombramiento de obispos.

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